La Educación como un Derecho. Por Jorge Sequeira.
Hace más de cuarenta años, las naciones de la tierra afirmaron en la Declaración Universal de Derechos Humanos que “toda persona tiene derecho a la educación”. Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados para asegurar el derecho a una educación de calidad para todos, persisten grandes desafíos. La educación es un derecho humano fundamental, esencial para poder ejercitar otros derechos. La educación promueve la libertad, la movilidad social y la autonomía personal, generando importantes beneficios para el desarrollo.
Sin embargo, millones de niños y adultos siguen privados de oportunidades educativas, principalmente a causa de la pobreza y la desigualdad. De igual forma, sin educación no se puede construir ciudadanía y, mucho menos, se pueden ejercer los derechos democráticos fundamentales. Así, la educación tiene que ser entendida como una herramienta clave no sólo para mitigar la desigualdad y reducir la pobreza, sino para consolidar la estabilidad democrática. Sin educación la democracia siempre estará incompleta.
Hoy existen 793 millones de adultos analfabetos en el mundo, en su mayoría niñas y mujeres. 67 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria no lo hacen. 72 millones de adolescentes en edad de cursar el primer ciclo de la enseñanza secundaria tampoco están gozando de su derecho a la educación, de acuerdo con el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo de UNESCO.
En la región de América Latina y el Caribe la tasa de alfabetización de los adultos pasó del 84% al 91%, pero aún hay cerca de 36 millones de analfabetos absolutos. Además, 5 millones de niños y adolescentes, lo que corresponde a 5,3% de la población, están fuera de la escuela. Si bien el 71% de los jóvenes de entre 20 y 24 años han concluido el primer ciclo de la educación secundaria, sólo un poco más de la mitad de ellos han concluido el secundo ciclo.
La desigualdad socioeconómica, la polarización política, la violencia ocasional y estructural, la delincuencia, los desastres naturales y el impacto del cambio climático son grandes retos en nuestra región, y aumentan la complejidad de los desafíos educativos. Dichas características específicas exigen un enfoque contextualizado para lograr las metas de Educación para Todos (EPT), con sus múltiples efectos para las personas de la región.
Ya podemos afirmar que lo más probable es que no logremos alcanzar los seis objetivos de EPT en la región al 2015. Se ha avanzado en casi todas las áreas y en la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, pero no es suficiente. Para lograr las metas, hace falta acelerar el paso. Sólo se lograrán si se fortalecen los sistemas de apoyo para el aprendizaje: mejorar los planes de estudios; mejorar sustancialmente la formación docente; fortalecer el liderazgo escolar para asegurar un clima escolar acogedor, libre de intimidación y inseguridad; fortalecer sistemas de planificación y gestión de sistemas educativos en todo nivel administrativo, incluyendo a nivel de escuela, descentralizando responsabilidades de la autoridad pero manteniendo sistemas sólidos de rendición de cuentas y garantía de calidad; reafirmar el apoyo comunitario para la educación, por medio de oportunidades y mecanismos de financiamiento innovadores, incluyendo alianzas público–privadas.
Al acercarse el 2015, es el momento de reflexionar en los rezagos y en los desafíos que emergen. En primer lugar, hace falta preguntarnos como completar las metas de EPT de manera que todos y todas se pueden beneficiar de una educación de calidad. En esencia, debemos intentar trazar rumbos que deriven de nuestra experiencia y enfocarnos en una agenda educacional a realizar más allá del 2015. Tres puntos que deberíamos considerar son: reconceptualizar la calidad de la educación; asegurar la equidad; y fomentar la educación secundaria y superior, incluyendo el aprendizaje profesional y vocacional hacia sociedades del conocimiento y así poder competir en la economía global.
Es también indispensable pensar en cómo se va a financiar la agenda del desarrollo educativo hasta el 2015 y posteriormente, y qué alianzas sociales e internacionales pueden contribuir políticas educativas más efectivas. En ese sentido, esfuerzos como “Global Education Magazine” son clave para elevar la sensibilidad social sobre los retos educativos que enfrentamos; nos motiva ver a ciudadanos comprometidos con el trabajo que Educación para Todos nos exige ahora y en los años por venir.
Jorge Sequeira
Director
OREALC/UNESCO Santiago
This article was published on October 17th: International Day for the Eradication of Poverty in Global Education Magazine