Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030: una tierra más allá de las fronteras para nuestra juventud planetaria

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Interconectando sueños en la tierra del más allá de las fronteras. Foto en Vitsa, Grecia.

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En todo el mundo, los jóvenes de ambos sexos miramos hacia el futuro y nos cuestionamos los modelos socio-económicos actuales que se basan en la explotación irracional de recursos naturales. Si bien es cierto que el sistema capitalista ha traído enormes beneficios materiales, su visión funcionalista subordina todo al máximo beneficio económico y al consumo indiscriminado en detrimento de la naturaleza. El inaplazable compromiso de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 conlleva la emergencia de un nuevo escenario paradigmático que se caracterice por la co-evolución transnacional entre los pueblos de la Tierra a través de una consciencia planetaria donde todas las cosmovisiones culturales convivan en paz y armonía con el medio ambiente.

La sostenibilidad ecológica que persiguen los ODS nos exige cambios profundos y paradigmáticos en las relaciones interdependientes que los humanos tenemos con los ecosistemas naturales. Necesitamos un insight global que despierte nuestras consciencias y provoque una metamorfosis en el ADN intrínseco del meta-paradigma epistémico de la civilización planetaria actual. Es urgente consolidar la cooperación transnacional y la solidaridad intergeneracional con los jóvenes de todo el mundo para ir más allá de los ODS. Nuestras acciones tienen que caminar juntas hacia un nuevo horizonte civilizatorio sostenible con el medio ambiente: la tierra más allá de las fronteras. La crisis económica y ecológica actual es una oportunidad histórica para reformular nuestros sistemas de valores en una auténtica cultura de paz que origine procesos de desarrollo sostenible.

El Mundo que Queremos requiere un compromiso cívico juvenil que desarrolle una visión global sobre la interconectividad de los problemas ecológicos que afectan a la ciudadanía mundial. Por primera vez desde la emergencia del ser humano en la Tierra tenemos la oportunidad de estar informados de todo lo que ocurre en otras partes del planeta a través de internet. Esto nos hace conscientes y responsables. No podemos mirar para otro lado. El espacio-tiempo-cibernético se constituye como el nivel de realidad propicio para intervenir gradualmente en la toma de decisiones que nos afectan como especie en nuestro planeta Tierra. La Educación para la ciudadanía mundial (ECM) propuesta por la UNESCO tiene que usar este medio virtual para promover la comprensión de nuestra identidad/condición humana en su contexto planetario y cósmico.

Conocer el milagro cósmico que representa la emergencia de la vida en nuestro planeta es fundamental para transgredir el cuadro epistémico paradigmático que concibe a la naturaleza como un mero objeto de explotación. Es importante incluir la perspectiva transdisciplinar de la Gran Historia en los ODS y la ECM para integrar el origen del universo, la aparición de la vida en la Tierra y la emergencia del género humano de un modo indisociable y coherente con todos los procesos de co-evolución que vienen estableciendo las redes de organismos vivos y no vivos de Gaia durante los últimos 4.600 millones de años. La vida tiene unos 3.800 millones de años en nuestro planeta y sus ecosistemas se organizan a través de estrategias fundadas en constante ensayo y error, de ahí que podamos aprender muchas lecciones de ella para construir una nueva fase evolutiva humana que consiga acabar con la pobreza, el hambre, la desigualdad entre países, la desigualdad de género, el consumo irresponsable, la industrialización insostenible, la contaminación de los mares y océanos, etc.

Evitar el desastre ecológico al que vamos encaminados como sociedad-mundo requiere una metamorfosis civilizatoria que reinvente las relaciones de producción y consumo que los sistemas culturales humanos ejercemos sobre los ecosistemas de la naturaleza. Como bien es sabido por las creencias espirituales milenarias de los pueblos originarios e indígenas, la naturaleza es un meta-punto de encuentro civilizatorio que nos sirve como modelo, medida y mentor para la creación de nuevos horizontes civilizatorios cuyos sistemas socio-económicos sean sostenibles con los ecosistemas naturales.La biomímesis es una estrategia de reinserción armónica de los sistemas humanos dentro de los sistemas naturales para reintegrar la tecnoesfera en la biosfera. Es urgente que la juventud actual reinvente la democracia y promueva el arte de co-evolucionar como individuo-sociedad-especie en un espacio natural común y sagrado. Debemos reformular nuestros valores civilizatorios en un espacio corto de tiempo: en apenas una generación. El marco político de acción de los ODS constituyen la última oportunidad para apaciguar los efectos de un cambio climático que ya está en marcha y que podrían costarle la vida a millones de jóvenes, la base futura de la humanidad. Una juventud que no son apenas unos datos estadísticos, sino que tienen nombre propio: Paula, Elena, Irene, Benjamin, Damianos, Pyrros, Maximos, Alkmini…

Javier Collado Ruano

Director of Edition

This article was published on August 12, 2015, for the International Youth Day, in Global Education Magazine.

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